El primer gran incendio del año se cebó ayer en la localidad valenciana de Benicolet y al cierre de esta edición había arrasado unas 400 hectáreas de matorral y arbolado, favorecido por las altas temperaturas y el viento de poniente. El fuego tenía por la mañana dos frentes. Uno de ellos quedó controlado, aunque no extinguido, a mediodía, mientras que el otro continuaba activo en un barranco de difícil acceso. El incendio, que comenzó el viernes por la noche y que probablemente fue provocado, según la Generalitat, afectó también a los términos Almiserà, Rótova y Llutxent.
Durante las laboras de extinción -para las que se habilitó un dispositivo integrado por más de 350 personas, una docena de aviones y helicópteros, 15 brigadas, cuatro dotaciones de bomberos y más de un centenar de integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME)- se fueron evacuadas de forma preventiva, debido al humo, unas 40 viviendas de la urbanización Montevernisa pero no hubo riesgo para las personas ni las propiedades.
No fue el único incendio forestal de ayer. Se registraron otros tres: en Chelva (Valencia), y en Benigembla y en Castell de Castells (Alicante). En este último fueron desalojadas 70 personas, también por precaución, por el humo. En los tres casos, el origen estuvo en quemas agrícolas descontroladas, según la Generalitat.
Las altas temperaturas, el viento de poniente y la escasa humedad -que quedó por debajo del 20%, debido a la conjunción de ambos factores- favorecieron la propagación del fuego. La máxima de la Comunidad Valenciana, 36 grados, se midió Rojales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de abril de 2011