Al grito de "¡Esperanza, no te mueras!" y "¡presidenta de España!", un numeroso grupo de mujeres mayores rodeó ayer a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, a su salida de la sede del PP de Villaverde. Hasta allí había acudido la dirección regional del PP para celebrar su reunión semanal, la primera en un distrito de la capital y con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Pero el resto de políticos no les interesaba tanto a las espontáneas, como la presidenta. Aunque Aguirre está acostumbrada a estos improvisados baños de masas, ayer no pudo literalmente caminar hasta el bar donde pensaba tomarse un café con sus compañeros, pues las mujeres se le echaron encima pidiéndole besos y autógrafos. "Nieves... ¿A que está más guapa? Con la operación que ha sufrido la pobre", comentaba una señora.
Después, Anabel Mariño, la consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio lo explicó: "Este es un barrio de personas mayores, que estaba muy viejo y lo hemos rehabilitado y puesto ascensores. Están muy agradecidos". Faltó que el consejero de Transportes, José Ignacio Echevarria, recordara que la legislatura pasada, Aguirre también llevó el metro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de abril de 2011