En un año cargado de "más sorpresas positivas que negativas", el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, llegó ayer a la junta general cargado de noticias positivas. Mensajes: Repsol mimará a los accionistas, pero también a la plantilla porque cree en la importancia de crear "empleo y valor". Para los accionistas, el anuncio fue muy claro: la compañía está en condiciones de garantizar, dijo Brufau, una retribución futura "justa" con alzas "más que satisfactorias".
Ya este año, con beneficios récord debidos en buena parte a la venta de parte de Repsol Brasil a Sinopec (4.693 millones de beneficio) la retribución al accionista ha vuelto a niveles precrisis. La junta aprobó el reparto de un dividendo complementario de 0,525 euros por acción. El pago se realizará el 7 de julio y supondrá un incremento del 23% con respecto al del año pasado. El dividendo complementario situará la retribución total de 2010 en 1,05 euros, un nivel de antes de la crisis.
A preguntas de un accionista, Brufau abordó también la situación de su principal accionista, el grupo Sacyr y la hipótesis de una posible venta de su participación para hacer frente a su deuda. El préstamo de Sacyr, aseguró Brufau, está "muy bien garantizado por las acciones de la petrolera y no hay ninguna razón lógica para creer que no tiene por qué continuar así". Todo un gesto hacia un socio no siempre cómodo. También a preguntas de los accionistas, Brufau cargó contra Competencia, por actuar con "demagogia" en sus informes sobre precios. "Que esta casa sea respetada", exigió Brufau.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de abril de 2011