El presidente de la Generalitat, Artur Mas, se metió en el bolsillo a los 180 empresarios con los que se reunió ayer en Barcelona, en un acto a puerta cerrada organizado por Esade. No les hizo ninguna promesa concreta ni anunció plan alguno. Pero el clima de cordialidad fue máximo. "Les he pedido que para salir de la crisis tomen el relevo de unas Administraciones públicas financieramente agotadas", contó el propio Mas a la salida. Además, demandó a los asistentes apoyo para "el pacto fiscal que va a impulsar CiU en Madrid y que va a ser clave para aumentar los ingresos de la Generalitat".
Salvador Alemany, presidente de Abertis, señaló que los empresarios habían pedido al presidente más detalles de dicho pacto antes de que cada uno de ellos, individualmente, decida dar o no su apoyo. Josep Oliu, presidente de Banc Sabadell, reconoció que ninguna de las intervenciones empresariales en la reunión (hubo 10) fue especialmente crítica con la Generalitat, aunque se exigió más simplificación administrativa. Los empresarios fueron comprensivos, incluso con los recortes del Gobierno. "La necesidad de reducir el gasto es urgente e inaplazable", dijo Oliu.
Para lograr el objetivo de déficit del 1,3% la reducción sigue siendo la única vía que tiene Mas. El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, le recordó ayer desde Madrid que existen "restricciones legales y presupuestarias" que impiden el pago a Cataluña de los 1.350 millones del Fondo de Competitividad de 2011 antes de la liquidación del presupuesto, que se llevará a cabo en 2013.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de abril de 2011