La afición al cine de Martín Crespo, malagueño de 30 años, le ha costado su placa de policía local. El Ayuntamiento de Málaga, gobernado por el PP, le ha suspendido de empleo y sueldo durante siete meses por no avisar a sus superiores de que se dedicaba a hacer cortometrajes en su tiempo libre, algo que consideran incompatible con su labor de agente de la autoridad. Crespo está cumpliendo su castigo desde el pasado diciembre y ha llevado el asunto a los tribunales por la vía contenciosa administrativa. El juicio está previsto para el 22 de octubre de 2013. Hasta entonces, quiere pedir una excedencia
Además de su afición al séptimo arte, en el caso de Martín Crespo, concurren otros factores, como una serie de bajas médicas prolongadas, y enfrentamientos con sus superiores. El agente cree que tras la sanción por hacer películas hay una persecución sindical. Fuentes de la concejalía de Seguridad alegan que su situación laboral era insostenible.
El Ayuntamiento malagueño, gobernado por el PP, le abrió un expediente en enero de 2010 por "reiteradas ausencias" por enfermedad y "falta de motivación". El documento destacaba que Crespo "solo" trabajó 78 días en 2007, 63 en 2008, y 83 en 2009. Durante la instrucción se adjuntaron tres fotografías suyas recogiendo premios en certámenes de cortometrajes provinciales y que fueron tomadas en días en los que estaba de baja médica.
"Intentaron acusarme de que eran bajas ilícitas, cuando estaban todas totalmente acreditadas por facultativos. Pasé más de 10 tribunales médicos", detalla el agente. El expediente disciplinario del Consistorio incide en que "no existen pruebas" de que las bajas fueran fraudulentas. También desecha que el supuesto bajo rendimiento se hubiera producido de mala fe, por lo que han terminado sancionándole por incumplir el régimen de incompatibilidades.
A los agentes de la autoridad se les permite realizar actividades artísticas siempre que no haya de por medio "una relación de empleo o de prestación de servicios". En su resolución, el Ayuntamiento malagueño considera que Crespo se lucró haciendo cortometrajes y le sanciona con una falta muy grave por no pedir permiso.
El agente alega que él mismo escribía los guiones y que no hizo ningún otro trabajo por encargo. "Cualquiera que sepa un mínimo de cine sabe que el cortometraje no es medio como para lucrarse, ya que su único fin es recorrer festivales en los que conseguir, a lo más, algún premio que como mucho puede tener una dotación de 1.000 euros y que pueden servir para recuperar lo invertido", explica.
En el sindicato SIP-AN, del que es afiliado, creen que la multa es "excesiva". "Su único fallo ha sido no notificar que hacía cine por ocio", consideran. El agente califica la actuación del Consistorio de "incongruente" y "desproporcionada". "Nunca me he escondido. No entiendo por qué me castigan", se queja.
Además de la sanción por hacer cine, Crespo tiene abierto otro expediente disciplinario por desobedecer a un superior. Según varias fuentes, un intendente le echó de la jefatura alegando que llevaba el cabello demasiado largo y porque no quiso quitarse un pendiente. El policía defiende que llevaba el cabello "a reglamento" y que sólo le pidió a su jefe que le tratara "con buenos modos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de abril de 2011