Ahora que todos apuran y esprintan para salvarse de las brasas de Segunda, el Deportivo también acelera y suma para situarse cinco puntos por encima del descenso, justo los que Lotina entiende que precisan agregar en los seis partidos que restan para eludir problemas.
Ganó el Deportivo, pero sufrió durante tres cuartos de hora por sus acostumbradas dificultades para llevar la iniciativa. Puso intensidad, ardor, interés e incluso a Valerón, pero el equipo se disipó en un eclecticismo que lindó con la nadería, sin un plan que fuera reconocible, solo a empellones individuales, raptos de coraje como los de Manuel Pablo, pilar de la zaga y constructor en la acción del primer gol. Es ahora, en los tiempos duros, cuando hay que poner carácter, el momento en el que un equipo precisa referencias. Y tras una temporada laminado por las lesiones, Lotina dispone de todas las que tiene en plantilla, a excepción de Riki.
El técnico quiso construir un equipo con jugadores como Míchel, Saúl o Desmarets y por el camino se encontró, además, huérfano de soluciones en ataque. Ahora dispone de Xisco, un delantero. Con un punta, tres mediapuntas de talento tras él y una zaga experta, el Depor no acabó de hilvanar fútbol. Le falta peso en la construcción y le sobran responsabilidades clasificatorias. Ha encontrado, eso sí, a Valerón, que no siempre da el último pase pero que ejerce un efecto totémico sobre sus compañeros. Otra vez la importancia de las referencias.
Las tiene el Racing, quizá no tan talentosas, pero aún así pareció mejor engrasado colectivamente. Solo con eso le bastó para amargar a su rival en la primera mitad. Los dos goles fueron un lastre para el Racing y un bálsamo para el Depor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de abril de 2011