Es indudable que actualmente los partidos de extrema derecha están en uno de sus mejores momentos en Europa por lo que respecta a resultados electorales. Se han colado en muchos de nuestros Parlamentos y hacen con sus actitudes racistas y xenófobas que se rompa lo que tanto costó, una Europa en la que todos sus ciudadanos sin excepción tienen derechos y libertades, y en la que sus países actúan en conjunto.
Un ejemplo cercano es Francia, que vivió unas elecciones cantonales en las que el Frente Nacional de Marine Le Pen pasó con rotundidad el corte del 10%, dándole paso a la segunda vuelta. Estos resultados son una pequeña idea de lo que podría pasar de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
No son los únicos en Europa, también en Italia, Suecia, Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Letonia, Bulgaria; incluso están presentes en el Parlamento Europeo con su euroescepticismo. El último éxito lo han tenido en Finlandia, donde se han convertido en la tercera fuerza política del país con un 19% de los votos.
El problema es que en los lugares que tienen representación existe una gran abstención a la hora de votar creado por el malestar que se vive en estos tiempos. ¡Cuidado, democracia!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de abril de 2011