Telefónica ha dado mucho que hablar en los últimos tiempos. Todo por haber anunciado, antes que otras operadoras de su talla, que prescindirá del 20% de su plantilla en España. El mercado demandaba de la operadora un urgente recorte de costes y de ahí el 1,12% que ha perdido el valor esta semana. Poco después la holandesa KPN realizaba un anuncio casi idéntico: recortará hasta el 25% de su plantilla nacional, alrededor de 6.000 empleados, los mismos que la operadora española. En ambos casos, la caída de negocio y de márgenes en el mercado nacional explican la medida.
Los ex monopolios como Telefónica o KPN se enfrentan ahora a un doble reto en sus mercados de orígen. El primero es la creciente competencia de unos rivales que ya han crecido y son eficientes, con el modelo de alquiler de la red del ex monopolio. El segundo desafío, mucho más acuciante, es la competencia de Internet, es decir, las crecientes aplicaciones gratuitas o a muy bajo precio que permiten hablar, enviar sms y correos electrónicos o navegar por las webs sin necesidad de pagar a la operadora por ello. Así que ven reducidos sus márgenes y tienen que recurrir al recorte de costes.
Mientras Telefónica ve caer sus ingresos un 5% en España año tras año, y se resiente su cotización -pese a la política de altos dividendos- en el otro extremo, empresas como Apple o Intel rentabilizan ese boom de Internet vendiendo cada vez más equipos y chips para los aparatos que permiten la integración con la Red a través de miles de aplicaciones. Y sus acciones suben como la espuma. -
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de abril de 2011