Jorge Alarte, candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, denuncia "la falta de liderazgo del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que hace tiempo dejó de gobernar y de dar la cara". En una entrevista concedida a Europa Press, Alarte explica que "la crisis económica ha puesto sobre la mesa los problemas del modelo económico valenciano; de más paro, menos exportación y menos actividad industrial". Y apunta que la situación se ve agravada debido a "una gravísima crisis política, derivada del tsunami de la corrupción que se ha extendido por toda la Comunidad Valenciana como parte del modelo del PP".
La falta de liderazgo de Camps mantiene encasillado al PP en un discurso circular. Según Alarte, "tanto se ha pasado [el PP que preside Camps] diciendo que hay valencianos buenos y malos que ya no es capaz de representarlos a todos, ni siquiera de representase a sí mismo".
"El reto es convertir la indignación en dignidad para el futuro"
El gran reto de los socialistas valencianos ante las próximas elecciones autonómicas es "convertir la indignación en dignidad para el futuro de los valencianos". Alarte sostiene que la Comunidad Valenciana ha sufrido "una tremenda crisis de valores y ética", y se muestra convencido de que "no hay ni un solo valenciano de bien que sentado en su casa le guste lo que ve que ha hecho Camps y toda la gente que le rodea".
Los socialistas van a apelar durante la campaña electoral al civismo, a la conciencia cívica de los ciudadanos, para que respalden un proyecto que funda "en dos palabras: dignidad y honradez. Y cuatro acciones de gobierno". Saneamiento de la Generalitat. Reforma educativa. Refuerzo de la industria. Y una política urbanística sensata y consensuada.
Alarte prevé un Gobierno con siete consejerías y un único vicepresidente. El de Camps tiene 13 y tres vicepresidencias. Alarte apunta una merma de la actividad de las diputaciones. Y pretende activar de inmediato el fondo de cooperación municipal para inyectar liquidez a los ayuntamientos valencianos.
El candidato socialista pretende supervisar el gasto euro por euro porque no puede haber "ni sobrecostes, ni políticas de despilfarro en el gasto". "El Gobierno valenciano tiene 3.573 millones de euros invertidos en objetivos erróneos, en políticas que no sirven para nada y que no nos sacarán de la crisis", asegura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de abril de 2011