Cuando queda un día para el tercer clásico entre Real Madrid y Barcelona en dos semanas, comienza a crecer la expectación entre los aficionados. Algunos madridistas sueñan con ver a Messi en Valdebebas vestido de blanco. Aunque los émulos de la estrella culé son fieles a su camiseta.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de abril de 2011