Hubo mucha gente en las calles el día de Sant Jordi, especialmente en Barcelona. Pero, como era visible, pasearon más que compraron. Así lo ratifican los primeros cálculos de ventas en la Diada que ayer avanzó el Gremio de Libreros de Cataluña, que cifra en 17 millones de euros la facturación, el 10% menos de lo previsto, ya que las expectativas eran de unos 19 millones de euros. "Estamos razonablemente satisfechos, teniendo en cuenta los condicionantes de la jornada", aseguran fuentes de la entidad, que explican que el aumento de público y la demanda que, según sus datos, se dio el pasado día 23 en poblaciones turísticas no ha compensado el bajón de ventas experimentado en las grandes poblaciones del área metropolitana de Barcelona. Así, en algunos de estos puntos se constató "una reducción de la facturación de entre el 30% y el 40%", señaló a Efe el presidente del gremio, Antoni Daura, y en barrios de la capital catalana alejados del centro se concentró mucha menos gente.
En Girona capital la venta se mantuvo en niveles similares a los de 2010, lo que también ocurrió en las provincias de Tarragona y Lleida.
A ello hay que añadir que los libros más vendidos de Sant Jordi, Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven, de Albert Espinosa, e ¡Indignaos!, de Stéphane Hessel, eran de los más económicos.
El descenso de ventas de este año es el segundo consecutivo en la Diada tras las cifras del año pasado, que fueron de 19 millones de euros, uno menos que en 2009. "La jornada constata la tendencia decreciente en la compra de libros de los últimos meses por la crisis, que también afecta a las librerías", aseguran representantes del gremio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de abril de 2011