Mi posición es de absoluto respeto a los derechos religiosos y culturales de todos los ciudadanos y ciudadanas. De manera especial, se debe respetar la plena libertad de la mujer para hacer uso o no del velo en esos ámbitos si la decisión es voluntaria, lo que supone rechazar toda imposición discriminatoria que implique sumisión, sea esta de origen religioso o cultural.
No obstante, el uso del velo no puede impedir la aplicación de nuestra normativa legal de cara a la identificación de las personas cuando ello sea necesario.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de mayo de 2011