Pocos jugadores se han demostrado tan providenciales para un equipo como Baptista en el último tramo de la Liga. El brasileño, de nuevo con dos goles, dejó al Málaga casi salvado y complicó la existencia a un valiente Hércules, que ve cómo el descenso se aproxima inexorable. En la primera mitad, los alicantinos pusieron la iniciativa y las ocasiones, y el Málaga, la reacción. Casi no habían sudado los jugadores cuando Valdez, marcando los tiempos de forma académica, mandó de cabeza a la red un centro de Kiko Femenía, quizá el más notable de los visitantes. Sin embargo, dos jugadas después Baptista devolvió el golpe con un gol de astucia tras un pase de Duda.
En el segundo acto, el Hércules se desvaneció. Apoño marró un penalti injusto -la falta por la que Fritzler vio la segunda amarilla fue fuera del área- y Rondón, que antes del descanso falló una ocasión cantada, se reconcilió con el gol. La guinda del tercer tanto la puso Baptista, otra vez de cabeza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de mayo de 2011