En este mes hemos sido espectadores de cuatro partidos, denominados "clásicos". Es sabido el dinero, afición, e intereses dispares, que generan dichos enfrentamientos. Los profesionales del fútbol en general, entrenadores y jugadores en particular, deberían aportar responsabilidad, calidad deportiva, nobleza y prudencia; reforzando los valores que impulsaron la expansión de este deporte y animando a la gente a practicarlo, emocionarlos y entretenerlos.
Deben condenar los enfrentamientos banales e intrascendentes que poco aportan, pero que llevan a la afición a la violencia verbal y física.
Tenemos que darnos cuenta de que hablamos solo de un deporte, no podemos encumbrarlo a la categoría de ser lo más importante que puede ocurrir. Que, por supuesto caben todo tipo de comentarios socarrones y picosos. Pero siempre teniendo claro que el partido dura 90 minutos, todo se disputa en el campo y solo se puede ganar dentro de él.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de mayo de 2011