Las últimas jugadas lo resumen todo. Kobe Bryant, la estrella de los Lakers, 36 puntos en el partido, se trastabilla y no puede coger el balón de manos de Pau Gasol. Kidd lo recupera y anota un tiro libre. Y Bryant, otra vez, intenta a la desesperada un triple que se va fuera a falta de tres segundos. Cuando sonó la bocina en el Staples Center de Los Ángeles, el marcador reflejaba un fracaso (94-96) de los locales ante casi 20.000 de sus seguidores, la derrota del actual campeón en el primer partido de las semifinales de la Conferencia Oeste, al mejor de siete, ante los Mavericks de Dallas.
"No estoy nada contento con esos últimos compases del duelo", reconoció Gasol. El pívot español admitió que se trata de "una derrota dura": "Debíamos habernos llevado este partido. Ellos tienen mérito porque lucharon hasta el final y se lo llevaron".
Gasol mantuvo un duelo intenso con el alemán Dirk Nowitzky y anotó 15 puntos, capturó 11 rebotes y facilitó siete asistencias a sus compañeros.
Antes de la refriega final, el partido fue por derroteros muy distintos. Los Lakers llegaron a gozar de 16 puntos de ventaja en la segunda parte (60-44) y fueron superiores en la zona. Bryant monopolizó el juego de ataque del cuadro californianos: 14 canastas en 29 lanzamientos.
Nowitzki, la estrella de los Mavericks, también cargó con el peso de su equipo y gracias a su tiro desde media distancia y a la ayuda de Kidd, especialmente inspirado en el marcaje a Bryant, mantuvieron las aspiraciones de los de Dallas. El germano resultó decisivo en los instantes finales y ni Gasol ni Lamar Odom fueron capaces de frenarle.
"Estamos decepcionados y con mal sabor de boca", reiteró Gasol, "pero analizaremos los fallos para ver en qué podemos mejorar y regresaremos preparados para ganar".
A su vez, los Hawks de Atlanta también sorprendieron a domicilio a los Bulls de Chicago: 96-103.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de mayo de 2011