Fuerzas de seguridad del régimen sirio acorralaron ayer Banias, una ciudad costera feudo del movimiento que desde hace seis semanas reclama una democratización del país. "El Ejército ha sellado el acceso a la ciudad desde el norte; otras fuerzas de seguridad han clausurado el acceso sur. Algunas unidades han irrumpido en el mercado principal y están practicando detenciones", relató en una conversación telefónica con la agencia Reuters Anas el Shughri, un líder de los manifestantes.
"Las fuerzas gubernamentales, además, han armado a varios pueblos alauíes en las colinas que rodean Banias", añadió El Shughri. El presidente Bachar el Asad pertenece a la minoría alauí. Su Gobierno está perpetrando una sangrienta represión del movimiento que exige mayor libertad. El Ejecutivo sostiene que Banias, una ciudad de unos 40.000 habitantes, es un "centro de terrorismo salafista".
Ammar Qurabi, jefe de la Organización Nacional para los Derechos Humanos en Siria, declaró ayer en El Cairo que el número de detenidos en la represión siria ya asciende a 1.000. El número de víctimas mortales se situaría alrededor de 560.
Alemania y Reino Unido declararon que trabajan para que la Unión Europea imponga sanciones a los líderes sirios, y Francia especificó que el presidente El Asad debería ser incluido en la lista.
Estados Unidos anunció un paquete de sanciones la semana pasada. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró haber instado repetidamente al presidente El Asad a abandonar el camino de la represión violenta.
La operación de las fuerzas gubernamentales en Banias llega después de que tanques y soldados penetraran en la ciudad de Deraa, principal foco de protesta, y perpetraran una violenta represión. Un residente de la ciudad que huyó a Damasco relató a la cadena BBC que los hospitales en Deraa se han convertido en una suerte de cuarteles militares. "El Ejército está ocupando el hospital. Los soldados detienen a todo herido que se presente ahí. La gente está utilizando pequeños centros hospitalarios en los pueblos de alrededor".
Siria no permite acceder al país a periodistas extranjeros, y por tanto es imposible contrastar las informaciones ofrecidas por los testigos.
La Cruz Roja reclamó a Siria que le conceda acceso a los heridos y a los detenidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de mayo de 2011