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CARTAS AL DIRECTOR

Agradecimiento de José S. Isbert

Muchas han sido las manifestaciones de cariño y de apoyo recibidas tras la desaparición de nuestra madre, la actriz María Isbert. Sin embargo, dos de ellas son tan especiales que destacan.

Una gran dama de España es nuestra ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Su artículo publicado en EL PAÍS, el martes 26 de abril, es de lo más hermoso que he leído en estos días tan duros. Y no es la primera vez que Ángeles González-Sinde demuestra su sincero afecto. Estuve con ella en un par de ocasiones junto a mi hermano Tony, preparando la ceremonia que distinguió a mi madre como académica de honor durante su mandato como presidenta de la Academia de las Artes Cinematográficas. Una mujer sincera, cálida, inteligente y muy culta. Una gran dama de España.

Otra gran dama de España es María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular. Estuvo presente en Albacete en la capilla ardiente instalada en el espléndido teatro Circo. No fue una visita de cortesía para la prensa en campaña. Se desplazó hasta Albacete y se quedó largo tiempo, charlando con cada uno de nosotros, demostrando una dulzura que el público desconoce. Castigaría con siete varas a su consejero de imagen o como quieran llamar a ese cargo, por mostramos con excesiva insistencia su profesionalidad, en detrimento de su faceta humana, remarcable.

Dos admirables mujeres que militan en partidos distintos. Es así la libertad. Es así la democracia. Ángeles González-Sinde y María Dolores de Cospedal: dos grandes damas de España. En memoria de mi madre, un beso agradecido a ambas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de mayo de 2011