Hace poco, mientras veía tranquilamente la tele, al igual que millones de españoles, se encendió en mí la luz de la indignación al ver un anuncio donde una niña aprendía de su madre y de su abuela las técnicas de cómo poner el lavavajillas. Una escena enternecedora: la abuela, la madre y la niña limpiando los platos. Seguramente los creadores olvidaron, sin querer, por supuesto, a los varones de la familia, y como este anuncio se pueden ver 100 más.
Lo que es realmente indignante es que en una sociedad donde, supuestamente, todos somos iguales y el machismo está desapareciendo, todavía se vean estos anuncios tan sexistas que hacen que la gente, y en especial los niños, vean como normales estas actitudes tan machistas. En definitiva, si las personas no protestan e intentan hacer desaparecer este tipo de publicidad, no hace falta tampoco que luchéis contra el machismo ni mucho menos que os quejéis porque aún existan este tipo de comportamientos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de mayo de 2011