La afición balear respondió a una inusual sesión matinal de fútbol con una de las mejores entradas de la temporada y con ganas indisimuladas de aguar la fiesta de la Champions al Villarreal. El Mallorca había solicitado el cambio de hora -se jugó a las 12.00- para contar con su portero israelí Aouate por la fiesta judía del Día del Recuerdo. Pero Aouate no entró en la convocatoria tras una intervención quirúrgica después de golpearse el rostro contra un poste ante el Racing.
El Villarreal se topó con una trinchera muy avanzada. Cazorla y Senna naufragaron, muy exigidos por la presión local, que se iniciaba con Webó. Las incursiones de Rossi, que envió un disparo al palo, fueron escasas.
Dos ocasiones pudieron cambiar el signo del encuentro en el comienzo de la segunda mitad: Webó cabeceó fuera un saque de esquina y Lux reivindicó su valía desbaratando dos zurdazos de Nilmar. A partir de ahí, De Guzmán tomó la batuta y la entrada de Aki dio más profundidad al ataque local, pero no se descompuso el Villarreal. Pese a la victoria del Athletic en la previa, los de Garrido, con siete puntos de ventaja, tienen la cuarta plaza casi asegurada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de mayo de 2011