¿Por qué no se sincronizan de una forma óptima los semáforos de nuestras ciudades, de manera que los vehículos realicen las mínimas paradas posibles? Todos sabemos que el uso de marchas cortas aumenta el consumo. Las ventajas ya se saben: disminuiría la contaminación, ahorraríamos combustible y se conseguiría un tráfico más fluido. Por otra parte, muchos conductores dejarían de sobrepasar el límite de velocidad al ver que circulando a la velocidad adecuada los semáforos estarían en verde durante un largo tramo. ¿Y por qué no se hace un estudio de los semáforos instalados y por instalar y se eliminan los innecesarios, que hacen aumentar el número de paradas?
En muchos países europeos estas medidas llevan aplicándose desde hace décadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de mayo de 2011