La muerte de Bin Laden
El primer ministro de Pakistán, Yusuf Raza Gilani, rechazó ayer las acusaciones de incompetencia o complicidad por no haber descubierto que Osama bin Laden se escondía en su país. En su primera comparecencia pública desde la operación, Gilani se dedicó a exculpar a los servicios secretos, y a responsabilizar a EE UU de haber contribuido al nacimiento de Al Qaeda y violado la soberanía de su país.
Mientras investiga la posible complicidad de Pakistán en la protección de Osama bin Laden y trata de reconstruir las deterioradas relaciones con ese país, la Casa Blanca advirtió ayer que no piensa "pedir disculpas" al Gobierno paquistaní por la operación militar de carácter unilateral que acabó con la vida del líder de Al Qaeda.
Ola de cambio en el mundo árabe
"Esta crisis pasará y continuaremos con las reformas administrativas, políticas e informativas", afirma Bachar el Asad, presidente de Siria. El mensaje de que el fin de la revuelta está próximo es difundido en los últimos días por la prensa del régimen, la única existente en el país.
Imán el Obeidi, la abogada de 28 años que dijo que "había sido violada" durante dos días por 15 soldados de Muamar el Gadafi, informó a la CNN de que huyó el domingo pasado a Túnez, con el apoyo de un militar libio desertor y su familia. Añadió que funcionarios occidentales le han ofrecido refugio.
La tragedia de los desplazados de la guerra de Libia crece cada día. Desde que empezó el conflicto, 710.000 personas han huido del país, y más de 10.000 lo han hecho por mar, arriesgando su vida para llegar a Europa. El viernes, una barcaza con 600 prófugos naufragó cerca de Trípoli y hubo al menos 470 muertos.
El Gobierno de Raúl Castro estudia flexibilizar su política migratoria y permitir que los cubanos viajen al extranjero en calidad de turistas, algo hasta ahora condicionado a la obtención de un permiso de salida de las autoridades. La medida, todavía está contenida en la versión final de los llamados Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Basri Jashani y su esposa, Fatbardha, engrosaron el tumultuoso río de la emigración albanesa hace 16 años, cuando abandonaron el empobrecido norte del país para instalarse en Gërdec, en la periferia noroeste de Tirana.