- Dudas de Artur Mas. El líder de CiU acude a Vilanova sin la lección sabida y anuncia la construcción de un hospital, eliminado por los recortes del consejero Boi Ruiz. Y luego, alude al alcalde Elena (socialista) y apunta que cuando llegue a casa se puede confundir con su esposa Helena. La hache es muda, pero habrá otras diferencias.
- El timón de la nave. Puigcercós y Portabella viajan en golondrina. Se hacen con el timón, dicen, a modo de metáfora. No se dan cuenta de la pequeñez de la nave. O quizá incluso eso les queda grande.
- Promesas repetidas. Xavier Trias propone desdoblar los túneles de Vallvidrera (medida aprobada del tripartito) y los chicos de ICV ampliar la tarjeta rosa a todo el mundo, gane lo que gane. La EMT no la da, pero sí Ferrocarrils, y sirve para todos los transportes. Aunque tiene gracia que los banqueros de más de 65 años tengan derecho a transporte gratis.
- Antiteísmo. Alberto Fernández se pone laico y anuncia que si gana y manda no habrá solar para una mezquita en Barcelona y perseguirá el burka. Como siga así, será divertido: ¿se lo imaginan persiguiendo a las monjas con toca y reclamando el solar de la catedral? El Dios de unos y otros es el mismo.
- Pagos. Barcelona tiene más dinero que Madrid y Valencia, y debe menos, dijo ayer Hereu a los empresarios. Y les invitó a no fiarse de "políticas neoliberales y conservadoras, que acaban pagando a 300 días a los proveedores". Para no hablar de cuándo se pagan los trajes. En Valencia, parece que nunca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de mayo de 2011