El bailarín y coreógrafo israelí Sharon Fridman se afincó en Madrid en 2006, y desde entonces se ha hecho ver en varios foros de la danza alternativa, cosechando premios y el favor del público. La obra Al menos dos caras (Centro Cultural Paco Rabal, día 20; Teatro Pradillo del 27 al 29) parte de usar a dos bailarines y un actor que se consiguió a través de las redes sociales. Los artistas tuvieron una residencia de apoyo en el Centro Coreográfico La Gomera; el otro bailarín que da la contrapartida escénica a Fridman es el malagueño Bernard Basin. El coreógrafo dice: "Para nosotros la danza es un sistema de comunicación diferente, un espacio desconocido que nos ofrece otras maneras de ser o estar". Y con respecto a la nueva obra asegura: "El principal objetivo es la investigación, el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje físico y, mediante esa búsqueda, la creación de un espacio virtual".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de mayo de 2011