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Elecciones municipales y forales

EL CIUDADANO PIDE...

VICENTE LARREA

El escultor (Bilbao, 1934) destaca que Getxo resulta "magnífica" en general, aunque le gustaría que se le dejase a las esculturas "espacio suficiente" para que respiren el aire que necesitan y los ciudadanos puedan acercarse a ellas. "Muchas veces les plantan arbolitos delante que crecen y llegan a taparlas", se queja. En el lado positivo, Larrea celebra que el Ayuntamiento getxotarra borre rápidamente las pintadas. A Larrea no le gustan los llamados "guardias tumbados" -los badenes- que salpican las carreteras porque no impiden que "quienes quieren correr, corran". Y admite que ser "concejal amateur es fácil", pero que el día a día de la gestión local no debe serlo tanto.

UNAI ELORRIAGA

El escritor (Bilbao, 1973) alberga la impresión de que en los últimos años los Ayuntamientos están más preocupados por el marketing que por el bienestar de sus convecinos. "Me deja atónito comprobar que funcionan como empresas privadas, preocupados por su puesto en el ranking de ciudades, por la impresión que causan fuera", asegura. "Importa más que toque el mejor músico del mundo que trabajar para que los chavales del pueblo aprendan música", apostilla. Elorriaga considera que los elegidos el 22-M deben atender los problemas y las necesidades de las personas. "Los pueblos no son marcas que hay que vender", defiende. "Hay que fijarse más en la gente y menos en el marketing".

ARITZ ARAMBURU

El surfista Aritz Aramburu (Zarautz, 1985) pide que, sea quien sea elegido alcalde de esta localidad guipuzcoana, "siempre sea amigo de la gente del pueblo". Y es que el joven deportista cree que un alcalde no debe responder en exclusiva a las siglas de su partido, sino "ser uno más". Aramburu, quien vive "encantado" en Zarautz, subraya: "Me gustaría que se regulase mejor en la playa la zona destinada a los bañistas y la que hay para las escuelas de surf". Junto a ello, aboga por que se sigan manteniendo las zonas verdes de la localidad. "Que la montaña siga siendo montaña y la playa, playa", concluye.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de mayo de 2011