El volcán Etna, con toda su majestuosidad, con la amenaza que supone su lluvia de ceniza, con su paisaje lunar, recibió ayer al pelotón del Giro. Y lo que vio fue a un magistral Alberto Contador atacando a siete kilómetros de la meta, en pleno ascenso; dejando clavados a sus rivales, ganando su primera etapa en la carrera italiana y, de paso, vistiéndose la maglia rosa como líder.
"Es una victoria especial, en un puerto mítico", dijo Contador, sonriente, tras la etapa. El triple ganador del Tour y el rey del Giro de hace tres años, cuestionado por un positivo en la última ronda francesa y pendiente aún de la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo, saca ya 1m 21s al italiano Nibali, cuarto en la general y el otro gran favorito de esta edición.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de mayo de 2011