El animado debate de ayer tuvo pocos momentos de coincidencia. Pero el transporte público unió a todos y sosegó los ánimos: los candidatos aseguraron que debe haber más transporte público para racionalizar el tráfico privado de la ciudad y mejorar la calidad del aire. La vía para llegar al objetivo motivó las discrepancias. El ecosocialista Ricard Gomà quiere cortar por lo sano: peatonalizar el Eixample para reducir el coche privado. Jordi Portabella, de Unitat per Barcelona, atacó a ICV y a PSC por la política medioambiental de Barcelona en los últimos 32 años y defendió la paternidad de la red octogonal de autobuses.
A estas alturas del debate, los candidatos suavizaron las réplicas y se centraron en colar su mensaje. Alberto Fernández apostó por implantar el coche eléctrico, una propuesta que todos los partidos aceptaron. Aunque chocó con Gomà y pidió "no criminalizar al usuario del coche privado".
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Jordi Hereu y Xavier Trias se discutieron por la calidad del transporte público. Hereu celebró que los ciudadanos hacen la mitad de sus desplazamientos a pie y destacó la aprobación general del transporte. Trias aseguró que no funciona y citó dos ejemplos: los carriles bus -"hay carriles por los que no cabe un autobús"-, y la calidad de Rodalies.
La convivencia entre la bicicleta y los peatones también motivó discrepancias. Fernández denunció el incivismo de los ciclistas y Portabella subrayó la necesidad de entender el Bicing como una pata más de la red de transportes públicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de mayo de 2011