De vivir tranquilamente en la Costa del Sol a que tu nombre y tu foto figuren en primer lugar entre los criminales británicos más buscados. Jamie Dempsey, de 33 años, se llevó una desagradable sorpresa el pasado febrero cuando descubrió que se había convertido en uno de los principales objetivos de la asociación Crimestoppers, especializada en recabar informaciones ciudadanas anónimas para dar con fugitivos.
En los tres meses siguientes, Dempsey, reclamado por tráfico de cocaína a gran escala, ha vivido como un ermitaño. La Guardia Civil lo detuvo el pasado martes en una zona residencial de Benahavís (Málaga) y su aspecto no tenía nada que ver con la imagen difundida, en la que aparecía un hombre robusto de ojos azules con melena rubia y barba de tres días. "Estaba delgado, con el pelo corto y afeitado", precisaron fuentes cercanas al caso. Usaba un nombre falso y apenas salía de la urbanización.
Las autoridades británicas y españolas creían que Dempsey, huido desde 2009, podía estar escondido en la Costa Blanca. Centraron la campaña en esta zona, pero las pistas les llevaron hasta la Costa del Sol.
El narco pasó ayer a disposición de la Audiencia Nacional, que tramitará su extradición. Le reclaman por una operación en la que le interceptaron 299 kilos de cocaína valorados en 90 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de mayo de 2011