España cerró ayer con éxito la primera subasta de deuda que realiza tras las elecciones. Así, pese al rebrote de las dudas sobre Grecia y la resaca de la derrota socialista, dos factores que el lunes impulsaron la presión contra los bonos españoles, el Tesoro logró reducir la rentabilidad por emitir letras sin renunciar a los objetivos máximos de la emisión.
El organismo dependiente de Economía vendió 2.298 millones de euros en letras a tres y seis meses frente a un objetivo máximo de 2.500 millones. En el primer caso, el interés marginal comprometido por el Tesoro, que es el último antes de cerrar la subasta, bajó del 1,440% de abril al 1,418%. En los títulos a seis meses, el recorte fue del 1,900% al 1,798%.
Además, en otro ejemplo de que España sigue contando con la confianza de los inversores, la demanda multiplicó por más de cinco veces a la oferta. No obstante, esta ratio de cobertura fue ligeramente inferior a la registrada hace un mes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de mayo de 2011