Han pasado ocho años desde que se colocara la primera piedra virtual del futuro colegio público de la calle de Puerto Rico, en el corazón del popular barrio de Russafa de Valencia. El déficit de plazas escolares públicas ha dejado un saldo negativo en la zona. "El 50% de los niños que alcanzan la edad escolar se quedan sin plaza en el centro público del barrio", denunciaba el pasado año durante el proceso de matriculación Inma Bausset, la portavoz de la Plataforma per Russafa, que reclama servicios públicos en un barrio en el que la inmigración se funde desde hace años con viejos y nuevos vecinos. Según sus cálculos, el curso pasado ya hacía falta "un millar de plazas" y en "Infantil 158 niños censados en 2007" se quedaron sin plaza en el barrio. Los padres tienen que gastarse entre unos 350 euros al mes para transportarlos a centros de otros barrios, con el "estrés" y duplicidad de recursos que genera para las familias. "Clama al cielo", se lamentó Bausset, "que con la crisis actual haya que buscarse la vida fuera del barrio, llevándolos a Campanar, Monteolivete o Benimaclet". La exdiputada socialista Ana Noguera registró el 10 de febrero una serie de preguntas en las Cortes dirigidas al consejero Alejandro Font de Mora para que aclarara en qué fase está el proyecto de colegio público y los plazos. Ahora puede ser el primer centro en estrenar la fórmula privatizadora incluida en el programa del PP, por el que el Ayuntamiento cede el suelo y una empresa privada o fondo de inversión lo construye y gestiona 75 años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de mayo de 2011