El objeto de la Resolución 1973 de la ONU era proteger a los libios, no apoyar a una de las partes en conflicto. Tras más de dos meses de bombardeos por parte de la OTAN, la paz en Libia parece cada vez más lejana, pues el apoyo a los rebeldes por parte de los propios libios dista de ser mayoritario.
La OTAN y los rebeldes solo contemplan que Gadafi renuncie al poder, y este, por su parte, solo confía en vencer la rebelión. La Unión Africana propuso el 10 de abril una hoja de ruta para la paz, que contempla un alto el fuego inmediato, la promoción de un diálogo nacional y una ampliación de la asistencia humanitaria. Han pasado ya cinco semanas desde tal propuesta y cada vez es más claro que este es sin duda el camino que interesa a todos los libios, el verdadero camino democrático. No puede haber democracia sin un alto el fuego; este debe ser previo a aquella. Tal hoja de ruta debe ser implementada cuanto antes, antes de que las heridas abiertas en la sociedad libia ya no puedan cerrarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de mayo de 2011