Ni el exhibicionismo de 50 Cent, ni las horteradas de Puff Diddy, ni el manierismo de Kanye West. Un mocoso de Los Ángeles (del colectivo Odd Future), se ha colado en el olimpo del rap creando un camino propio. Empezando por los casi siete minutos que abren, un diálogo con su psiquiatra quien le acusa de no tener huevos. La excusa perfecta para desatar su rabia interior. Como en Yonkers, una auténtica gema de indie hop expandido por la red con un espeluznante vídeo sobre el suicidio. Sigue con paseos por la cuerda floja, nihilismo verbal, producciones asfixiantes y ecos de cuando Wu-Tang Clan eran el epicentro. Tyler no es una promesa, es una inmensa realidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de mayo de 2011