Detrás de este nombre de "evocaciones ziegfeldescas" se encuentra Carla Mignone. En Italia es una de las grandes divas dentro de esa categoría de la canta-actriz y que desde Milán proyectó un gran foco expresivo que recogía la canción local y en dialecto, el cabaré, la comedia musical brechtiana o la canción de autor, la Rive Gauche -ecos existenciales de Gréco y otras damas de negro-, a Dario Fo, las Canzoni della Mala, Fabrizio de André, etcétera. Desaparecida hace treinta años, este doble disco recoge una antología de su larguísima carrera sobre la escena, desde su versión de Balada para mi muerte de Piazzolla -imposible olvidar la noche en que Mina se encontró con el bandoneonista argentino en Teatro 10 y la RAI se fundió- a las interpretaciones de Kurt Weill que de la mano de Strehler, en los años cincuenta, la colocaron en el centro de la escena italiana y de la que ya nunca más bajó hasta su muerte. Por su voz nos podemos hacer una idea del magnetismo y la magia que la señora desprendía, cuando aquella pequeña figura aparecía en escena y se transformaba en grande, frágil, conmovedora. Una de las grandes.
Milly Special
Milly
Hardy Classic
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de mayo de 2011