Al tiempo que demoraba las decisiones más impopulares, el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo incluía en los Consellos de la Xunta proyectos largamente esperados por algunos ayuntamientos. La agilidad con la que la Xunta modificó la ley del suelo para que permitiese la edificación de polígonos industriales sobre suelos rústicos -un cambio que se tramitó en la ley de acompañamiento de los Presupuestos- permitió aprobar la tramitación de un parque empresarial de 900.000 metros cuadrados en la península del Barbanza. Feijóo dio luz verde al proyecto un jueves y ese mismo sábado ya estaba celebrando sus beneficios en el mitin de Ribeira junto a su candidato local, Manuel Ruiz Rivas.
El cambio de la ley del suelo estaba pensado para preparar la llegada de Mitsubishi y su fábrica de baterías para coche a la Plataforma Logística Industrial Salvaterra-As Neves. Tanto Feijóo, como el conselleiro de Industria, Javier Guerra, esperaban realizar el anuncio en el mes de febrero pero el fabricante nipón ni siquiera ha decidido aún instalarse en España. Además en la última reunión de gobierno antes de las elecciones, la Xunta dio luz verde a la segunda mayor adjudicación de la legislatura tras el hospital de Vigo, 745 millones de euros para unir las localidades de Carballo y Berdoias, que monopolizó los mítines del PP en la Costa da Morte. Los últimos meses antes de las elecciones municipales sirvieron además para que Feijóo llevase sus consellos itinerantes cada vez que aprobaba algún proyecto ambicioso a las ciudades de Lugo, Ferrol, Pontevedra y A Coruña.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de mayo de 2011