Aurelién Bory viene del mundo de las ciencias físicas y del circo: tan extraña mezcla da buenos frutos en Sans objet, espectáculo protagonizado por un gigantesco brazo mecánico multiarticulado, de los que se usaban en los años setenta en la industria automovilística, que se mueve con una sutileza impropia de su tamaño. Esta máquina demiúrgica convierte en títeres a Olivier Alenda y Olivier Boyer, sus dos partenaires acróbatas: los enseña a caminar, deja que trepen por ella o se pone a girar con ambos colgados de lo más alto, ingrávidos como astronautas durante un paseo espacial.
Contra lo que podría esperarse, la expresividad del robot hercúleo atrapa: con su cuello de jirafa erguido, nos mira como un desangelado ET de ojos metálicos. Su figura resulta amenazadora y protectora sucesivamente, y sus movimientos, felinos: parece un animal de otrora. Les chupa foco a sus ágiles antagonistas.
SANS OBJET
Idea, escenografía y dirección: Aurélien Bory. Intérpretes: Olivier Alenda y Olivier Boyer. Operador del robot y programador: Tristan Baudoin. Música: Joan Cambon. Luz: Arno Veyrat. Matadero. Del 27 al 29 de mayo.
Cuando la máquina se queda sola y empieza a levantar limpia y silenciosamente enormes secciones rectangulares del suelo escénico, que coloca en vertical con gran sentido plástico, esa acción de transformar el espacio a la vista del público sin que presencia humana alguna rompa la calidad geométrica de la composición es un ejemplo radical de teatro de la forma pura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de mayo de 2011