Este londinense de apenas 22 años se ha convertido en una de las principales referencias de la música independiente británica. Forjado en la cantera del dubstep, Blake ha logrado darle recorrido comercial a un estilo tan interesante y novedoso como, hasta su advenimiento, opaco y difícilmente comercializable. Electrónica de aires minimales, instrumentaciones invisibles, ritmos desestructurados, un piano que es un suspiro y una voz celestial conforman la receta de las 11 canciones de su homónimo disco de debut. El álbum es el segundo más vendido en Reino Unido. Tras pasar por Barcelona (Primavera Sound), Blake llega mañana a Joy Eslava para demostrar cómo ha logrado seducir tanto a los fans de soul más clásico como a los más inquietos seguidores de la electrónica underground. Uno de los pocos capaces de democratizar lo supuestamente elitista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de mayo de 2011