La muerte de una mujer de entre 30 y 35 años en Granada, cuyo cadáver fue hallado el sábado en un vertedero, está envuelta en interrogantes. La Guardia Civil, que investiga los hechos, ha pedido la colaboración ciudadana para identificar el cuerpo, que no presentaba signos de violencia externa, según determinó la autopsia. La mujer llevaba un pañal de adulto, vestía pijama y tenía por el pecho varios parches de nicotina, en una cantidad que podría ser demasiado elevada para un tratamiento, si bien es un extremo aún por determinar, según fuentes de la investigación. Era de raza blanca, pelo castaño oscuro y ojos marrones claros. Medía 1,55 metros y pesaba unos 45 kilogramos. Había cortes en sus brazos que podrían haber sido ocasionados en el traslado a la planta.
El cuerpo fue descubierto por un trabajador de la planta de tratamiento de residuos sólidos de Alhendín (Granada). Procedía de alguno de los contenedores que fueron recogidos por camiones la noche del viernes al sábado. Desde entonces, nadie ha reclamado el cadáver, ni se ha denunciado desaparición alguna, por lo que los agentes piden colaboración ciudadana para la identificación, ya que su ADN no puede ser cotejado por ahora con el de nadie.
Vestía un pijama naranja con gatos negros y corazones, una camiseta gris de tirantes y una camisa de cuadros marrón, naranja y blanca. Llevaba también una cadena de la que colgaba un elefante dorado y una media luna. Su dentadura estaba bien cuidada, aunque podría estar en medio de algún tratamiento odontológico puesto que le faltaban dos piezas.
La Policía Judicial continúa con la investigación. El cuerpo permanece en el Instituto de Medicina Legal desde donde remitieron a Toxicología algunas pruebas que, tras su análisis, podrían esclarecer este extraño suceso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de mayo de 2011