Los indignados del Obradoiro emitieron un protocolo para seguir en caso de desalojo en el que se establece un grupo de personas identificadas para mediar con las fuerzas policiales y se recomienda mantener la calma "en todo momento". También pusieron en marcha un servicio de SMS masivo para avisar cuando se produzca la posible actuación a aquellos que se apunten por correo electrónico.
A través de un protocolo de cinco puntos, intentan minimizar riesgos ante un supuesto desalojo tras las declaraciones del alcalde en funciones de la capital de Galicia, Xosé Antonio Sánchez Bugallo, que estableció la fecha de ayer, solo prorrogable hasta mañana, como plazo para abandonar el lugar.
Los acampados dispondrán de un equipo de abogados que los asesorarán durante el posible desalojo, se darán instrucciones por megafonía que "deben ser respetadas por toda la gente", e intentarán "evitar cualquier interacción que los policías puedan malinterpretar", para lo cual confiarán la mediación a los compañeros con identificación visible.
Con el sistema de SMS masivo, buscan conseguir el apoyo de todos aquellos que deseen participar en la resistencia pacífica, que consistirá en una sentada en el centro de la plaza "sin responder a provocaciones", y en la que recomiendan agarrarse a personas con las que "se tiene confianza". Ya está en activo un servicio gratuito, a través de desalojoscq@gmail.com, donde los interesados en acudir al Obradoiro pueden mandar un correo para recibir en su móvil un mensaje en el momento del desalojo.
Los portavoces de los indignados recomiendan a aquellos que no tienen clara su participación en la sentada pacífica que se dirijan a las entradas del Obradoiro, y que todos los asistentes acudan con el DNI.
Beiras en YouTube
Xosé Manuel Beiras, líder del Encontro Irmandiño, analizó en un vídeo que registra 5.400 reproducciones en YouTube el movimiento que eclosionó el 15 de mayo, y diagnosticó que, "en la medida en que tenga continuidad" y se consolide como "movimiento cívico-político", los partidos buscarán "reconducirlo y usarlo para sus conveniencias". Para el histórico nacionalista, esta "rebelión" contra la "inexistente democracia" tendrá la fuerza de una "bomba de relojería", salvo "que se reprima brutalmente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de mayo de 2011