El presidente de Arinduz, la Sociedad de Cuidados Paliativos de Euskadi, Alberto Meléndez, alertó ayer en el Parlamento de la necesidad de que el País Vasco realice más esfuerzos de cara a atender a las personas que se hallan en el tramo final de su vida.
En Euskadi los enfermos pasan alrededor de dos años en situación de incapacidad. "Antes la vida era corta y la muerte rápida; ahora la vida es larga y la muerte lenta", afirmó. Es el concepto de muerte crónica, que genera un sufrimiento físico y psicológico para el que el sistema no se halla preparado.
Meléndez hizo hincapié en que, en una sociedad cada vez más envejecida, hace falta el "liderazgo institucional" y personas que coordinen esta atención para que las tres provincias vascas ofrezcan unos servicios homogéneos. También falta un "plan moderno" en este sentido que eleve a Euskadi al nivel de otras comunidades autónomas y los países del norte de Europa y evite el azar.
Por otro lado, la Comisión de Sanidad aprobó por unanimidad una iniciativa de EB que insta a Sanidad a incluir en su estrategia de crónicos a los afectados por enfermedades de sensibilización central -fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, sensibilidad química múltiple y electrohipersensibilidad-.
Igualmente, el Parlamento pidió que los presupuestos para el año entrante destinen partidas a la investigación en este campo y que se tengan en cuenta las dos últimas dolencias cuando se hagan valoraciones de invalidez, discapacidad o ayudas a la dependencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 31 de mayo de 2011