VISUALABREV

Poesía. Creador de una obra excepcional, Eduardo Scala (Madrid, 1945) renuncia a los disfraces y ropajes de la lírica en dos nuevos libros gestados en ese espacio fronterizo donde se unen texto e imagen. VISUALABREV es un poema verbal-visual, una letanía, una invocación, un "recitativo visual" de 32 neologismos, un "espejo de espejos" en el que se unen 64 voces contrarias y complementarias. Bajo la forma básica del ocho, imagen del infinito, y en eco de geometrías, esos "holologos", como denomina Scala a sus neologismos, se suceden en una serie de líneas, figuras y construcciones tipográficas que se repliegan y multiplican en un ilimitado hilo de secretas correspondencias entre palabras, signos y disposiciones tipográficas. Scala inventa el "holocastellano", la "conjunción / unción / de los contrarios / ríos", que se unen y reflejan en palabras poemas. TESTO TEXTO es un poema de 64 palabras reflejadas en 32 líneas, voces "homófonas" o "metagramas", en una disposición especular fruto de la mirada binocular de un "ojooído" que es "espejo de perplejos", paradojas del ojo, imágenes del mago. Fusiona los opuestos en palabras que se miran decir y se miran oyendo. El poema es un sobresalto, un acento, un señalamiento. Poesía fractal que integra la dimensión verbal y visual del signo, resultado de un lenguaje de trayectoria que oscila entre texto e imagen. Poesía no-lineal, voz de una escritura fija y móvil que "renuncia / enuncia / nuncia / la voz de la Voz", rompiendo la tradición monoscópica de la poesía discursiva. Redes de significación animadas por la inscripción dinámica de las palabras, donde el lector recompone procesos de pensamiento y no su resultado, lo que equivale a resaltar cómo acontece la realidad. Una "nueva / constelación / contestación / a la incertidumbre / certidumbre", a la "certeza" del "abolido azar".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de junio de 2011