Sería equivocado, una cabezonería y contraproducente mantener las tiendas de campaña en la Puerta del Sol.
Esa energía y esa esencia con la que nació no ha de perderse y no ha de provocar el efecto contrario al que produjo cuando nació. Si no levantáis campamento, si os radicalizáis en vuestra acampada, la sociedad empezará a miraros muy mal y habréis perdido credibilidad, apoyo y la oportunidad de cambiar algo en esta sociedad y en este sistema tan deficiente.
El ofrecer soluciones de una forma precipitada, la necesidad imperiosa de dar ejemplo de sistema de organización democrático, asambleario y popular y el afán de demostrar método y criterio organizativo, sistemático y con rigor, unido a cierto radicalismo y decadencia, ha hecho que tiren por tierra vuestro argumento inicial.
Deberíais haberos centrado en un único objetivo, decir: ¡Basta ya! Quizás así, la respuesta de la otra sociedad, de los otros indignados, hubiera sido otra. O no.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de junio de 2011