"Muchas gracias por todo lo que hicieron por mí en mi carrera, por aceptarme como soy, por haber llorado cuando lloré. Cuando sonreí, ustedes sonrieron. Solo tengo que agradecer, desde el fondo de mi corazón, a todo el pueblo brasileño por todo el amor que me dieron. Hasta pronto, pero esta vez fuera de los campos". Con estas palabras se despidió Ronaldo definitivamente del fútbol y de la selección brasileña en un amistoso entre la canarinha y Rumanía (1-0) jugado la pasada madrugada en São Paulo.
El Fenómeno, máximo anotador de la historia de los Mundiales (15 goles), jugó a sus 34 los últimos 15 minutos del primer tiempo. Se despidió con una vuelta olímpica, seguido por sus hijos y abrazado por la bandera de Brasil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de junio de 2011