Los indignados de la acampada del Obradoiro marcharon ayer hasta la sede de la Xunta en Santiago para protestar de forma pacífica e intentar hablar con el presidente y los conselleiros. La concentración, convocada espontáneamente la madrugada anterior, fue disuelta por la Policía autonómica, que ocasionó heridas y una luxación a uno de los jóvenes asistentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de junio de 2011