La protesta pacífica y espontánea de los indignados de la plaza del Obradoiro ante la sede de la Xunta en Santiago acabó ayer con un joven herido tras la intervención policial. Los manifestantes habían convocado la concentración durante la madrugada del jueves a través de las redes sociales y lograron reunir a unas 40 personas.
La finalidad de la protesta era, en palabras de una miembro de la comisión de comunicación de la acampada, "cerrar las puertas" de la Xunta, donde estaban reunidos el presidente y los conselleiros, para que "bajaran de los coches" y así "tener contacto directo con ellos".
"Cuando teníamos tapado el acceso directo de los coches, los policías se acercaron y empezaron a agarrar a la gente por los brazos y las piernas para hacer espacio", relató la indignada. "Igual el compañero se acercó en exceso", explicó, "y entonces el policía le retorció la muñeca causándole una luxación y heridas". Las fuerzas policiales llegaron a superar en número a los manifestantes, que "llamaron a la calma" y se marcharon.
En Vigo, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 absolvió ayer a dos jóvenes del Movimiento 15-M, denunciados por colocar carteles en la fachada de entidades financieras en la zona de O Calvario. La juez concluyó que los hechos no son "relevantes penalmente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de junio de 2011