Nada más terminar la primera sesión de ensayos libres del Gran Premio de Canadá de fórmula 1, el mexicano Sergio Pérez se bajó de su Sauber y se mareó, una circunstancia que no habría pasado a mayores de no ser porque hace dos semanas, en el de Mónaco, se estrelló contra un muro a más de 250 kilómetros por hora.
Su monoplaza lo conducirá mañana Pedro Martínez de la Rosa, que ayer ya lo puso a prueba en los últimos minutos del segundo entrenamiento y hoy (19.00, La Sexta y TV3) también se alistará en la sesión cronometrada. De la Rosa volverá a disputar una carrera después de que precisamente Sauber prescindiera de él tras el GP de Monza de 2010, cuando ofreció su volante a Nick Heidfeld.
La sensatez hizo que Pérez informara de inmediato a su equipo de su malestar, lo que puso en marcha un protocolo de precaución que llevó a Sauber a pedir a Whitmarsh, el máximo responsable de McLaren, que se contase con De la Rosa, de 40 años de edad y que a principios de curso regresó a la escudería como probador y reserva.
En una hora, los mecánicos adaptaron el asiento y el español circuló 22 minutos, aunque solo completó 14 vueltas por los accidentes de su circunstancial compañero, Kamui Kobayashi, y de Jerome D'Ambrosio. Pese a ello, hizo el 18º registro, a tres segundos y medio de Fernando Alonso (Ferrari), el más rápido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de junio de 2011