El círculo se estrecha en la recta final para ocupar el puesto dejado vacante por Dominique Strauss-Kahn al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI). El Consejo de Administración del organismo anunció la pasada madrugada que limitará su elección a dos candidaturas: la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
Eso significa que Stanley Fischer, gobernador del Banco de Israel y antiguo número dos en el FMI, queda apartado de facto de la recta final en la lucha por el puesto. El motivo, su edad, ya que uno de los requisitos que seguirá el directorio en su elección final es que los candidatos no tengan más de 65 años. El también exvicepresidente de Citigroup supera ese listón por dos años.
De hecho, el comunicado del Fondo se limitaba a citar solo a Lagarde y Carstens. La candidatura de la francesa está considerada en este momento como la que tiene más posibilidades para llevar la batuta del Fondo, con lo que se respetaría la regla no escrita de que la gerencia del organismo corresponde a una personalidad europea. Pero eso no se sabrá hasta el próximo 30 de junio.
El directorio deja claro que se valorarán los méritos de ambos aspirantes y que se reunirán antes con ellos en Washington para examinar "sus puntos fuertes". El banquero mexicano es el primero en admitir públicamente que sus posibilidades son bajas, pero está aprovechando el vacío para dar voz al clamor de las economías emergentes por acabar con esta vieja tradición que les deja fuera del mando en el FMI.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de junio de 2011