El juicio que mayor expectación ha generado en la Liga de Futbol Profesional dio ayer un giro inesperado. El expresidente del Celta Horacio Gómez y su director general, Alfredo Rodríguez, no tendrán que responder con sus patrimonios de las deudas del club, estimadas en 20 millones, que le llevaron al proceso concursal.
Además de liberarlos de las cargas económicas por supuestas irregularidades contables, la Fiscalía de Delitos Económicos, en su informe definitivo, solo pidió para ambos penas de inhabilitación para administrar bienes ajenos de diez y cinco años, respectivamente, mientras que para el auditor, José Manuel Patiño, la calificación fue de cómplice pero sin solicitar responsabilidades. Las defensas pidieron un mínimo de dos años de inhabilitación pero entienden que el proceso fue fortuito por lo que no cabe la calificación de culpables para ninguno de los imputados.
Gómez se había convertido en el primer expresidente de un equipo de fútbol que se acoge al concurso de acreedores tras declararse en situación de insolvencia y que fue calificado como culpable por la fiscalía y la administración concursal del club. El fiscal Augusto Santaló había pedido que Gómez respondiera con su patrimonio del incremento del pasivo del club entre 2002 y 2006 pero una reciente sentencia del Tribunal Supremo provocó un giro en el proceso. El fallo desmonta parte de las alegaciones que sirvieron a los administradores concursales a sentar en el banquillo a Gómez y a Rodríguez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de junio de 2011