O Chucán, un vecino de Sober absuelto por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Lugo del crimen en 2007 de una mujer que ejercía la prostitución, cuyo cadáver apareció en su domicilio, volverá a ser juzgado por un grupo de ciudadanos. Tras su absolución, O Chucán confesó en la prensa que era el autor de la muerte de la mujer. La justicia no tendrá en cuenta esa declaración ante los medios, pero sí ha ordenado repetir un juicio que reabre el debate sobre la idoneidad de los jurados populares.
"Es cierto que todas las experiencias del jurado en España no han sido muy buenas, en el sentido de que estadísticamente ha habido muchas causas en que ha pasado lo mismo que en ésta, es decir la necesidad de repetir juicios. Unos juicios que son caros porque hay que convocar a una serie de ciudadanos, sacarlos de sus vidas ordinarias, de sus trabajos e incomunicarlos", reflexiona el magistrado y presidente de la Audiencia Provincial de Lugo, José Antonio Varela Agrelo, que deja para el mes de septiembre la fecha de repetición del nuevo juicio con jurado popular.
Varela, interpelado sobre la causa por la que se tiene que volver a celebrar con jurado popular, después del fiasco anterior, se aferra al ordenamiento jurídico. "Los jueces somos cumplidores de la ley, que ha establecido no solo en esta época democrática, a partir de 1978, sino también en periodos anteriores, como en la Primera y Segunda República, que determinados juicios sean vistos así".
O Chucán, desde que fue declarado inocente en febrero de este año, transita por el municipio donde nació hace más de medio siglo y se le ha visto por la casa consistorial o en la oficina de correos, ajeno a lo que puede significar que se repita el proceso. La celebración de la nueva vista fue decidida por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, atendiendo a los recursos de la fiscalía y de la acusación particular. Varela es optimista respecto a la institución del jurado, pero regresa al pasado. "Ya en las memorias de los fiscales en la II República a veces se hacían comentarios no muy positivos sobre el jurado. Pero esto es una cuestión del legislador y los jueces no somos legisladores, somos servidores de la ley".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de junio de 2011