La del viernes fue una noche de estrellas para la Orquesta de Euskadi. El concierto ofrecido en la Tonhalle de Düsseldorf, -que aún mantiene reminiscencias de su pasado como planetario- fue el primero que la formación vasca protagonizaba dentro de su gira a Alemania. Al mismo tiempo, la Düsseldorfer Symphoniker, con la que tienen un programa de intercambio finalizaba su periplo por Euskadi con un concierto en el Euskalduna de Bilbao. Se da la circunstancia de que el mismo concepto de "música bajo las estrellas" se repitió en el Euskalduna ya que en el techo iluminado por puntos de fibra óptica se simuló un cielo estrellado.
La Orquesta, dirigida por Andrés Orozco-Estrada, escribió una página importante en su trayectoria, apoyada en todo momento por la calurosa acogida de un público entregado a cada nota, entre los que se encontraba la consejera de Cultura Blanca Urgell y el embajador de España en Alemania, Rafael Dezcallar, entre otras autoridades. El programa arrancó con una Obertura de los Esclavos Felices de Arriaga que había causado gran expectación entre el entendido público alemán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de junio de 2011