Según leo, los expertos dicen que la causa por la que el formato de tres dimensiones se está desinflando se debe a que las películas que contienen son malas y el guion cabe en un post-it. ¿Hace falta un experto para darse cuenta de esto? No. Era cuestión de tiempo que el público comenzase a dar la espalda a historias cuyo único atractivo es un caro envoltorio. La industria se echa las manos a la cabeza preguntándose por qué hasta los niños se duermen viendo la última atrocidad de los Piratas del Caribe, o la Alicia de Tim Burton es un pastel de complicada digestión. Bienvenido sea el fracaso de una industria que se olvidó de los guionistas, los expertos en contar historias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de junio de 2011