El 15 de junio se publicó un video-blog en su periódico en el que don Iñaki Gabilondo se preguntaba cómo era posible que, ante la situación de degradación institucional que aqueja al Tercer Poder -del que el TC no es parte, por cierto-, los jueces guarden un ominoso silencio, aceptando ser etiquetados con los consabidos "sambenitos" de "conservador" y "progresista". Con incomprensión absoluta del citado señor Gabilondo y de su periódico, muchos jueces y magistrados secundamos dos huelgas en recientes fechas, cuyas principales reivindicaciones no eran únicamente la secular carencia de medios, sino también la exigencia de despolitización de nuestro órgano de gobierno y, por extensión, la de los nombramientos de nuestros altos tribunales mediante la modificación de la LOPJ vigente.
Algunos, esos mismos, en número de 1.500, hemos suscrito un Manifiesto por la Independencia del Poder Judicial y hasta nos hemos afiliado a una asociación transversal, que agrupa no solo a jueces, sino a juristas de la más variada condición, exigiendo lo mismo. Sería conveniente que, antes de informar, el antaño lúcido señor Gabilondo recuerde que "Poder Judicial" no son ni los señores vocales del CGPJ, ni mucho menos los miembros del TC, sino más de 4.500 personas que trabajamos día a día en esta Administración desde la vocación y el servicio público y que nos encontramos más hartos que nadie de la situación que padecemos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de junio de 2011